3/13/2009

Yoga Técnica para un fin y fin de una técnica



Yoga

Técnica para un fin y fin de una técnica


El sistema yoga, a diferencia del sâmkhya, no es un sistema teórico que pretenda dar respuestas a cuestiones metafísicas. Su preocupación no estriba en estudiar el origen o la causa de la asociación entre materia y sí mismo. Encuentra estas especulaciones sin sentido y sin posibles respuestas en un mundo y un ser —el ser humano—, limitados por el tiempo, el espacio y la misma inteligencia atada a la materia.


Su punto de partida es el ser humano concreto, histórico, en un mundo ya en movimiento desde toda la eternidad. Es más, se parte de la situación presente, de ignorancia, en la que se encuentra el practicante (y en la que nos encontramos todos), aceptando como real lo que nuestros sentidos perciben, pero teniendo siempre presente que el observador interno puede contemplar tal realidad de forma muy distinta una vez alcanzada la liberación; en consecuencia, aparentemente pueden darse los mayores absurdos y contradicciones, desapareciendo con ellos los interrogantes metafísicos que se planteaban al inicio.


Desde el yoga lo que se busca es efectividad para crear las condiciones psicológicas que nos posibiliten una visión superior y poder así resolver paradojas que sólo se plantean en el estado de conciencia ordinario. Así, por ejemplo, ¿qué sentido tiene discutir sobre el origen de lo que nunca tuvo origen?.


avidyâ

ignorancia
lleva a
dukkha

dolor
lleva a
yoga

técnica
lleva a
samâdhi

énstasis
lleva a
vivekakhyati

conocimiento
lleva a
kaivalya

liberación




Del dolor a la liberación



El individuo se encuentra sumido en la ignorancia de su auténtica naturaleza. De acuerdo con el Yoga y con la mayoría de los sistemas de pensamiento orientales, la naturaleza real del individuo es de tipo espiritual, pura conciencia-energía. En Yoga se considera que, debido a causas inexplicables, la pura conciencia del ser se encuentra asociada con la materia inconsciente e identificada de forma ilusoria con un cuerpo y, sobre todo, con una sustancia mental, sujetos ambos al paso del tiempo. En tales circunstancias, el sí mismo conoce a través de la mente. Esta situación es causa de una fuerte limitación al conocimiento que produce angustia existencial y que provoca estados de dolor y sufrimiento, los cuales no deben contemplarse únicamente en su aspecto negativo sino que deben ser considerados como situaciones que producen gran inquietud en el individuo por tratar de superarlas.



El objetivo que persigue todo individuo es evitar el dolor y el yoga es un camino directo para ello, pues la consecuencia final es la liberación de todas las limitaciones, incluida la muerte y, en consecuencia, el retorno a la condición original. Ello se logrará no por medio de la inmortalidad física o mental, sino por medio de la práctica yóguica llevada a su perfección.



Con la práctica continuada y progresiva se pretende acceder a la interiorización profunda (samâdhi), estado temporal en el que tiene lugar la abstracción de los procesos mentales; es decir, que provoca la desaparición de la mente y que, por tanto, proporciona conocimiento y sabiduría sobre la realidad.



Fuera de dicha abstracción, el sí mismo se identifica con el contenido mental y la actitud para comprender el objeto se ve simplemente reemplazada por la concepción que la mente tiene de dicho objeto o por una falta total de comprensión (I.4).



Por último, al perfeccionar dicha interiorización, se llega a comprender plenamente el objeto, alcanzando la comprensión total de la realidad, eliminando la ignorancia existencial y logrando la liberación del sufrimiento ilusorio.



FUENTE:

© Yogadarshana – Yoga y Meditacion


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