El sonido es vibración y la vibración es energía.
Todo en el universo se encuentra en constante cambio, fluyendo vibrando. Nada en el permanece estático. El movimiento es vibración, la luz, la materia y el sonido también lo son. Todo lo que percibimos es energía vibrando en distintas frecuencias
En los encuentros de armonización grupal con Cuencos Tibetanos, recibimos energía en forma de sonido armónico, esta es la característica fundamental de los cuencos tibetanos. Esta energía llega a nosotros y automáticamente es detectada por nuestras partículas, células y por nuestra mente; y rápidamente entramos en un estado de calma y relajación profunda.
Todo nuestro ser comenzará a armonizarse y liberarse de los bloqueos energéticos; también se producirá un profundo efecto sobre nuestro inconsciente liberando apegos y patrones de conducta, dentro de un estado de contención y seguridad producido por los armoniosos y bellos sonidos de los cuencos. Generando así un cambio en nosotros desde nuestro interior hacia el exterior. Cuando uno cambia internamente el modo en percibir el mundo exterior también se transforma. Como es arriba es abajo dice una de las leyes de la hermenéutica y como es dentro es fuera. Un reflejo de la realidad tal y como es en todos lados.
Lo importante es siempre estar atentos a ese cambio para vivenciar el proceso de constante transformación y fluidez del cosmos en nosotros. El vivenciar es vivir en tiempo presente y los sonidos armónicos de los cuencos tibetanos son un buena herramienta para situarnos en el aquí y ahora, reencontrar el patrón de armonía del universo en nosotros y generar un estado de paz interior y felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario